Reseña: Batman: El Asilo de Arkham

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Batman: El Asilo de Arkham Asylum (Edición 15mo aniversario)

Autor: Grant Morrison Ilustrador: Dave McKean

Fecha de Publicación: 1 de noviembre del 2005
(Primeramente publicado en 1989)

Editorial: DC Comics

Páginas: 216

ISBN: 1401204252
(ISBN13: 9781401204259)




            El Asilo Arkham para Criminales Dementes es un lugar de corredores tenebrosos y sombras opresivas. Una casa salida de una pesadilla. Un acertijo de piedras y madera, que siempre ha estado sin resolver. Durante años, los enemigos de Batman, dementes y deformes, han estado prisioneros dentro de esos muros claustrofóbicos. En esas celdas acolchonadas y sótanos oscuros, se han cobijado y hecho planes, mientras sueñan con el día en que se han de levantar para dominar el mundo de la razón.

Ese día ha llegado.

              Batman: El Asilo de Arkham es un viaje terrorífico dentro de la obsesión y la locura. Una historia de horror psicológico y de secretos que reverberan a través del tiempo. En esta novela gráfica de Grant Morrison, los reclusos del Asilo de Arkham han tomado el centro de detención para enfermos mentales de la ciudad Gótica durante el día de los inocentes y exigen a Batman como intercambio por los rehenes. Aceptando el desquiciado desafío, El Caballero Oscuro es forzado a soportar la experiencia de vivir en los infiernos personales del Guasón, El Espantapájaros, Hiedra Venenosa, Dos Caras y muchos más de sus jurados enemigos para salvar a los inocentes rehenes y tomar de nuevo la prisión. A medida que se somete a las absurdas demandas del Guasón, la cordura del Caballero Oscuro se ve amenazada las sombras y los fantasmas que aguardan en los rincones del Asilo.


              El Asilo de Arkham es una de las mejores novelas gráficas que he leído y disfrutado y he de destacar dos razones que, en mi opinión, la vuelven realmente interesante y digna de ver: la trama y el arte. Éste no es un cómic clásico y común de Batman con los “Para, para, para, para… ¡Batman!” y los “¡BAM!” y “¡POW!”. De hecho, apenas hay alguna demostración de violencia y armas en ella. Morrision nos lleva en un viaje de exploración a través de la psiquis de Amadeus Arkham y principalmente, la psiquis de Bruno Díaz, un hombre victima de la pérdida trágica de sus padres a una temprana edad y que se ha formado una identidad alternativa muy clara.
Grant Morisson nos interpela en su obra con algunas preguntas inquietantes que todo fanatico de la saga se hecho. ¿Qué es realmente Batman? ¿Un paladín de la justicia? ¿Un hombre luchando y viviendo con sus miedos día a día? ¿Una víctima alzándose en venganza contra los criminales bajo la venda de la justicia? ¿O es acaso, cómo nos dice El Guasón, un loco inocente, que pertenece al Asilo de Arkham al igual que todos sus enfermos?

             La historia se vuelve más y más interesante y terrorífica a medida que vas comprendiendo que esta batalla en particular no se ganará con los puños y el baticinturón del Caballero Oscuro. La verdadera amenaza contra la que tendrá que cuidarse Batman es el mismo horror del sanatorio. Un horror intrínseco, escondido en las buenas intenciones de salvación, cura y redención a los enfermos. Las sombras y fantasmas del hospital van transformando a los criminales dementes en sombras deformes de sus antiguas personas, como el proprio Harvey Dent (Dos Caras) nos demuestra, desprovisto de la capacidad para tomar decisiones tan sencillas como ir al baño, con una personalidad destruida por un lugar que difícilmente se puede ver como un camino a la salud mental. ¿Podrá Batman escapar y salvarse de esta amenaza o caerá, destruido bajó el peso de las paredes del hospital? Batman tendrá que demostrar que es más fuerte que las paredes del asilo que se ciernen sobre él y que está por encima de sus prisioneros.


               Hay un par de aspectos que no disfruté de esta novela gráfica y que no la hacen merecedora de una evaluación superior. El arte usado es realmente loco. Definitivamente nos transforma el universo de Batman en una mitología moderna, pero los diálogos de Guasón, con la tipografía roja sobre blanco es una extraña elección, quizás concebida para enloquecer al lector. Sé que El Guasón está loco, pero no por eso necesita ser un loco ilegible.
Una jugada riesgosa de Morrison que a muchos no puede gustarle, es que Batman actúa muy fuera de personaje durante todo la novela gráfica. Vemos a un Batman retratado muy vulnerable e indefenso, con crisis emocionales por el recuerdo de sus padres y realmente desbalanceado. La aflicción que el asilo ejerce sobre él se nota en su enfrentamiento con situaciones y villanos, enfrentamientos que un Batman en mejor forma hubiera podido manejar de otras maneras más acordes a su código moral característico y su propia personalidad.
No es la primera vez que la dualidad entre Batman y El Guasón se toca, demostrando que ambos tienen una gran química, y Dos Caras también nos muestra visiones muy interesantes del mundo criminal, pero hay otra cantidad de villanos que son igualmente interesantes en el universo de la ciudad Gótica. En lo personal, me hubiera gustado que se les hubiera dado un papel un poco más protagónico a algunos de estos villanos. Sin embargo, sé que no puedo esperar un psicoanálisis completo de Batman, El Guasón y muchos villanos en una sola obra.

               El arte conceptual y las ilustraciones de Dave McKean —que demuestra una majestuosa habilidad para convocar imágenes desde las mismas profundidades del subconsciente de los criminales y las pesadillas del lector, ideal para retratar el Asilo de Arkham — y una trama inspirada por Lewis Carroll, Carl Gustav Jung y Aleister Crowley, con su estilo visual bañado de surrealismo y un horror clásico vuelven a esta novela gráfica un verdadera pieza de colección para las hambrientas bibliotecas de los entusiastas del horror y los cómics y una soñada ventana oscura y metafísica para aquellos hambrientos de escapar al mundo rutinario y vulgar en el que vivimos


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