1.       Siempre me han incomodado los abrazos. Nunca los espero, nunca sé cómo reaccionar ante ellos, siempre pienso que estoy haciendo algo mal y que soy muy torpe. Sin embargo, son una de las cosas más conmovedoras para mí.
2.       Siempre me ha gustado mucho estar solo. Mi pareja debe ser una mujer muy especial para mejorar el placer de mi propia compañía. Nunca he sido una persona humilde. Yo soy como soy, es mi naturaleza. No me creo mejor o peor que el resto, sólo me tomo mis apetencias más en serio que la mayoría de las personas.
3.       Siempre me considero una persona muy fría en el trato personal, introvertido y silencioso. Sin embargo, en un salón de clase, soy una persona extrovertida, llena de confianza y muy locuaz.
4.       Siempre he odiado el contacto físico constante, sobre todo al momento de saludar una persona y excepto en contadas ocasiones.
5.       Siempre me ha encantado el origami, pero no lo hago mucho en público. El Origami jugó un papel importante en mi vida cuando dejé de fumar.
6.       Siempre me han criticado que no sonrío en las fotos. Es cierto. Sólo sonrío en las fotos en las que aparezco practicando artes marciales.
7.       Siempre he sufrido pequeños ataques de pánico existencialistas. La intensidad de los mismos varía, y todos son ocasionados por un recordatorio de la inevitabilidad de la muerte.
8.       Siempre he sido y seré mucho más estricto conmigo mismo que con los demás.
9.       Siempre me he sentido identificado con el poema “Annabel Lee” de Edgar Allan Poe. No pregunten porqué.
10.   Nombré este blog luego de leer el libro de Italo Calvino.