Hay momentos, longevos segundos, donde cierro o los ojos o mi mirada se pierde, y una pelicula parecida a ésta se proyecta en mi mente… 
"Milena: somos tan tímidos y ansiosos, que casi todas las cartas sondiferentes, casi todas revelan el miedo causado por las precedentes ymás aún por la respuesta".

"A veces desearía amontonarlos a todos —por ser judíos,precisamente (incluyéndome a mí)— en el cajón de la ropa sucia yesperar un poco, luego abrir un poco el cajón para ver si ya se hanasfixiado todos y, si no es así, volver a cerrar el cajón y seguirasí hasta el final".

"Mi amada es una columna de fuego que se mueve sobre la tierra. Ahorame tiene abrazado. Empero, ella no arrastra a quienes abraza, sino aquienes la ven."

"Si pudiera entregarme al sueño como me entrego al miedo, ya noestaría vivo"

"Y a través de todo eso, una campanita repica en mi oído: "ella ya no está junto a ti". Pero también escucho el sonido de una enorme campana en algún lugar del cielo, que dice: "ella no te abandonará".[...] es incomprensible que el tórax pueda expandirse y contraerse para respirar este aire, es incomprensible que uno pueda vivir lejosde ti."

"¡Qué sombría se ha vuelto Viena y tan luminosa que fue por espaciode cuatro días! ¿Qué se estará cocinando allí para mí, mientrasyo permanezco aquí, dejo de escribir y entierro el rostro entre lasmanos?"

"He recibido un pequeño golpe: un telegrama de París anunciando que mañana por la noche estará aquí un viejo tío, a quien en el fondo quiero mucho. [...] Es un golpe porque me quitará tiempo y yo necesito todo el tiempo y mil veces m{as, con preferencia todo el tiempo que exista, para pensar en ti, para respirar en ti".

"Por alguna razón no puedo escribir sobre nada que no sea lo que nos concierne a nosotros, únicamente a nosotros, en medio del torbellino del mundo. Todo lo ajeno es ajeno. ¡Injusto! ¡Injusto! Pero los labios balbucean y mi rostro se hunde en tu regazo."

"Mis lamentaciones epistolares, decía, pueden haberte llevado a la conclusión de que estoy inseguro de ti, de que temo perderte. No, no estoy inseguro. ¿Cómo podrías ser lo que eres para mí si no estuviera seguro de ti? Lo que despertó en mí ese sentimiento fue la breve proximidad física y la repentina separación. [...] Es lógico que los sentidos se trastornen un poco ¡Perdóname! Y recibe ahora a la manera de un "Buenas Noches", en un torrente, todo lo que yo soy y todo lo que tengo, que siente la bienaventuranza de reposar en ti."

"Estoy demasiado cansado como para escribir realmente. Demasiado cansado para descubrir qué queda para mí de esas cuatro cartas, de esa montaña de desesperación, dolor y amor. Tal es el grado de egoísmo que se alcanza cuando uno está cansado y se ha consumido durante dos días y dos noches en las más atroces ideas."

"Estoy cansado, no sé nada y no deseo otra cosa que hundir mi rostro en tu regazo, sentir tu mano sobre mi cabeza y permanecer así por toda la eternidad."

..." Tengo mala suerte con los mendigos. Pese a todo, me declaro dispuesto a cambiar todo mi patrimonio actual y futuro en billetes vieneses pequeños y a entregárselos lentamente, uno a uno, a una mendiga, frente a la ópera, con la condición de que tú estés a mi lado y yo pueda sentir tu proximidad."
Se apagaron las luces del escenario y un aplauso prolongado quebró el silencio de la sala. El joven mago acababa de desaparecer en escena ante la absorta mirada del público, consumando una ilusión inexplicable y nunca antes lograda. Fue la última función del ilusionista, que jamás logró recordar la segunda parte del truco.

Martín Gardella