Hombre lobo en París

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Les comparto una reseña que escribió un amigo cercano—que no tiene blog, pero debería tenerlo—hace unos días. Además de gustarme, me interesó e inspiró muchísimo, le dio cuerda a los engranajes y me puso a pensar en criaturas de la noche, y en los monstruos que acechan aun donde menos lo esperamos. En fin,

Espero que les guste tanto como a mí. 

G


Even a man who is pure in heart
and says his prayers at night
may become a wolf when the wolf-bane blooms
and the autumn moon is bright.

Incluso un hombre que es puro en corazón
y dice sus rezos en la noche
puede convertirse en un lobo cuando la belladona florece
y la luna de otoño brille.

The Wolf Man 1941

Dentro de cada quien habita una bestia


Lobo hombre en París es una canción del grupo español La Unión; está basada en el cuento El Lobo-Hombre del escritor francés Boris Vian. Denis, el protagonista del relato, es un lobo vegetariano que vive en una cueva construida hace muchos años por un hombre que buscaba oro. Él, vive en armonía en las afueras de París: observando los accidentes de tránsito que ocurren con frecuencia en la carretera, coleccionando piezas de carros que salen volando por las colisiones y, con ellas, decorando su hogar sin la más mínima intromisión de sus vecinos y alimentando su afición por la mecánica, incluso, pasando desapercibido.

El video de La Unión toma muchas imágenes del relato y nombra personajes como el mago del Siam; hombre malvado que muerde al lobo Denis. Así como la chica que conoce en la ciudad y que será el punto de quiebre entre Denis y el mundo “civilizado”. Ahora bien, ¿por qué lobo-hombre y no hombre-lobo? Pues, en este caso, es al revés, no es el hombre el que se convierte en lobo, es el lobo que se convierte en humano. Denis es mordido por el mago y se convierte en hombre, se viste con la ropa que guarda de los accidentes y, con corbata y sombrero en mano, se dirige a la ciudad.

Denis se aloja en un hotel de mala muerte, luego, comienza a recorrer la vida nocturna por el Boulevard. Allí, visita los bares y se enfrenta a la vida bohemia y a la vez, peligrosa e ingrata del ambiente parisino. Denis, cumple con el típico estereotipo del joven bueno e inocente que viene de las afueras y no conoce la voracidad y la violencia de la urbe, mucho menos el fraude y el rencor. Es engañado por una chica que lo invita a su habitación y, cuando él se descuida, ésta saca el dinero de su cartera. En consecuencia, se enfrenta a puños con tres hombres en un bar quedando mal herido y luego, es perseguido por la policía. Al final, se transforma de nuevo en lobo y huye hasta llegar a su guarida, pensando en la venganza que no lo deja en paz.

La Unión lanzó la canción y el video en 1984, siendo un éxito en ventas por once semanas; convirtiéndose en un clásico del rock en español de todos los tiempos. Un tributo al relato de Boris Vian y, al estilo de las primeras películas en blanco y negro sobre hombres lobos del Cine Estadounidense, como The Wolf Man de 1941; película que fue grabada por segunda vez y fue lanzada este año con el mismo nombre, protagonizada por Benicio del Toro y Anthony Hopkins.

Historias acompañadas de una carga psicológica, en la que el hombre se debate con sus males internos que son alimentados por el mundo exterior, las cosas ajenas a los actos propios que nos hacen tomar un rumbo distinto en la vida, un rumbo contrario a lo que queremos, así como dijo alguna vez el Taita Boves de Luis Alberto Lamata: “Uno no es siempre lo que quiere, uno es lo que los demás te obligan a hacer.” El hombre es afectado por terceros y éste tiene el deber de ser fuerte y no dejar que cambie para vengarse, no debe permitir que el monstruo crezca. Debe buscar la manera de liberar el lobo y no convertirse en uno.

No es la bestia salvaje que se representa con el lobo, es la bestia interna que llevan los hombres en su alma. Es la lucha eterna entre el Dr. Jekyll y el Mr. Hyde que nos hace explotar y deja, que el monstruo se apodere de nosotros. Muchas veces la fortuna se ríe de nuestros deseos y de nuestros sueños. Una vez Nietzsche escribió en Más allá del bien y el mal: “Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.” A veces, como el estereotipo de los hombres lobos del cine, terminamos destruyendo lo que más amamos, destrozamos lo que hemos construido y, nos dejamos llevar por la bestia interna que se alimenta de los males de esta sociedad, de la injusticia, el egoísmo, la envidia.

Hoy, en cada ciudad, un lobo-hombre sale una vez más en sus caminatas nocturnas, buscando lo que aún persiste y que nunca pudo ser. Pasamos la vida en esa búsqueda, luchando contra nosotros mismos. La luna llena, está muy brillante esta noche, y alumbra el camino del Boulevard.

José Javier González






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